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Este BLOG os pertenece, es vuestra puerta al mundo de la escritura, es decir al mundo de la vida. Podéis abrir la puerta con suavidad, sin apenas meter ruido. O podéis abrirla de forma escandalosa, llamando la atención de todos. Podéis entornarla un poco, o podéis abrirla de par en par. Cada uno tiene que encontrar su propia forma de llamar a esa puerta, de abrirla, de hablar con los que están dentro o con los que quedan fuera. Parece fácil, pero ese aprendizaje puede llevar toda la vida.

lunes, 6 de diciembre de 2010

DECÁLOGO PARA ESCRIBIR MICRORRELATOS Y MICROANTOLOGÍA





La página web  http://www.escueladeescritores.com/concurso-mejor-final#decalogo, en la que podéis encontrar interesantes microrrelatos,  propone un DECÁLOGO para escribirlos que puede serviros de ayuda. Por supuesto, esto no excluye leer a los grandes del género. Si os animáis, la "Escuela de Escritores"  convoca semanalmente un concurso en colaboración con la cadena SER.

1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.





MICROANTOLOGÍA DE MICRORRELATOS

EL ÚLTIMO HOMBRE, por FREDRIC BROWN (Estados Unidos)

El último hombre sobre la Tierra estaba solo en una habitación. Sonó una llamada a la puerta... (17 palabras)

TÚ Y YO, por MARCO DENEVI (Argentina)

Leímos todo cuanto había sido escrito sobre el amor. Pero cuando nos amamos descubrimos que nada había sido escrito sobre nuestro amor. (25 palabras)


LA VERDAD SOBRE SANCHO PANZA, por  FRANK KAFKA

«Sancho Panza, que por lo demás nunca se jactó de ello, logró, con el correr de los años, mediante la composición de una cantidad de novelas de caballería y de bandoleros, en horas del atardecer y de la noche, apartar a tal punto de sí a su demonio, al que luego dio el nombre de Don Quijote, que éste se lanzó irrefrenablemente a las más locas aventuras, las cuales empero, por falta de un objeto predeterminado, y que precisamente hubiese debido ser Sancho Panza, no hicieron daño a nadie. Sancho Panza, hombre libre, siguió impasible, quizás en razón de un cierto sentido de la responsabilidad, a Don Quijote en sus andanzas, alcanzando con ello un grande y útil esparcimiento hasta su fin.» (122 palabras)

DESPUÉS DE LA GUERRA, por ALEJANDRO JODOROWSKI  (Méjico)


El último ser humano vivo lanzó la última paletada de tierra sobre el último muerto. En ese instante mismo supo que era inmortal, porque la muerte sólo existe en la mirada del otro. (33 palabras)

TEORÍA DE DULCINEA, por JUAN JOSÉ ARREOLA (Méjico)

En un lugar solitario cuyo nombre no viene al caso hubo un hombre que se pasó la vida eludiendo a la mujer concreta.
Prefirió el goce manual de la lectura, y se congratulaba eficazmente cada vez que un caballero andante embestía a fondo uno de esos vagos fantasmas femeninos, hechos de virtudes y faldas superpuestas, que aguardan al héroe después de cuatrocientas páginas de hazañas, embustes y despropósitos.
En el umbral de la vejez, una mujer de carne y hueso puso sitio al anacoreta en su cueva. Con cualquier pretexto entraba al aposento y lo invadía con un fuerte aroma de sudor y de lana, de joven mujer campesina recalentada por el sol.
El caballero perdió la cabeza, pero lejos de atrapar a la que tenía enfrente, se echó en pos a través de páginas y páginas, de un pomposo engendro de fantasía. Caminó muchas leguas, alanceó corderos y molinos, desbarbó unas cuantas encinas y dio tres o cuatro zapatetas en el aire. Al volver de la búsqueda infructuosa, la muerte le aguardaba en la puerta de su casa. Sólo tuvo tiempo para dictar un testamento cavernoso, desde el fondo de su alma reseca.
Pero un rostro polvoriento de pastora se lavó con lágrimas verdaderas, y tuvo un destello inútil ante la tumba del caballero demente. (216 palabras)

LA MUJER, por ANA MARÍA SHUA (Argentina)

Un hombre sueña que ama a una mujer. La mujer huye. El hombre envía en su persecución los perros de su deseo. La mujer cruza un puente sobre un río, atraviesa un muro, se eleva sobre una montaña. Los perros atraviesan el río a nado, saltan el muro y al pie de la montaña se detienen jadeando. El hombre sabe, en su sueño, que jamás en su sueño podrá alcanzarla. Cuando despierta, la mujer está a su lado y el hombre descubre, decepcionado, que ya es suya. (87 palabras)

NAUFRAGIO, por ANA MARÍA SHUA (Argentina)


¡Arriad el foque!, ordena el capitán. ¡Arriad el foque!, repite el segundo. ¡Orzad a estribor!, grita el capitán. ¡Orzad a estribor!, repite el segundo. ¡Cuidado con el bauprés!, grita el capitán. ¡El bauprés!, repite el segundo. ¡Abatid el palo de mesana!, grita el capitán. ¡El palo de mesana!, repite el segundo. Entretanto, la tormenta arrecia y los marineros corremos de un lado a otro de la cubierta, desconcertados. Si no encontramos pronto un diccionario, nos vamos a pique sin remedio. (80 palabras)

AMENAZAS, por William Ospina (Colombia)
-Te devoraré -dijo la pantera.
-Peor para ti -dijo la espada. (11 palabras)


LINGÜISTAS, por MARIO BENEDETTI (Uruguay)

Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió hacia la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas, filólogos, semiólogos, críticos estructuralistas y desconstruccionistas, todos los cuales siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemática.
De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:
­¡Qué sintagma!
­¡Qué polisemia!
­¡Qué significante!
­¡Qué diacronía!
­¡Qué exemplar ceterorum!
­¡Qué Zungenspitze!
­¡Qué morfema!
La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas.
Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: ''Cosita linda". (121 palabras)

LA CUCARACHA SOÑADORA, por AUGUSTO MONTERROSSO (Honduras)

Era una vez una Cucaracha llamada Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha llamada Franz Kafka que soñaba que era un escritor que escribía acerca de un empleado llamado Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha. (38 palabras)

LO MATÉ, por MAX AUB (España)

LO MATÉ porque me dolía la cabeza. Y él venga a hablar, sin parar, sin descanso, de cosas que me tenían completamente sin cuidado. La verdad, aunque me hubiesen importado. Antes, miré mi reloj seis veces, descaradamente: no hizo caso. Creo que es una atenuante muy de tenerse en cuenta. (50 palabras)

LOTERÍA, por MAX AUB (España)

SOY VENDEDOR de lotería: es una profesión tan decente como otra cualquiera. Estaba seguro de que aquel 18.327 iba a salir premiado. Corazonadas que tiene uno. Se lo ofrecí a aquel joven bien vestido que estaba parado en la esquina. Entre otras cosas, era mi obligación. Se mostró interesado en los números que enseñaba. Es decir, que me dio pie. Le ofrecí el 18.327. Se negó suavemente. Esa no es manera. Cuando no se quiere algo se dice de una vez. Yo insistí: era mi deber. ¿O no? Sonrió, incrédulo, como si estuviese seguro de que aquel número no había de salir premiado. Si yo hubiese creído que lo que quería era no comprar, no hubiera pasado nada. Pero cuando uno se interesa ya contrae una obligación. Se aglomeró la gente. ¿Qué iban a pensar de mí? Era un insulto. Traté de defenderme. Siempre llevo una navajita, por lo que pueda pasar. La verdad es que aquel billete no salió premiado, pero sí con reintegro. No hubiera perdido nada: el 7 es un buen número final. (176 palabras)

ESCOBAS EFICACES, por CÉSAR SILGADO (España)

Puedes estar días intentando hacer recordar a tu escoba que sus antepasadas sabían volar. Puedes ponerle películas y leerle cuentos, pero la escoba no volará. Lo más que puedes conseguir con estos métodos es que barra la casa ella sola mientras tú ves Harry Potter. Pero si lo que quieres es volar por encima de la ciudad con tu escoba, has de seguir los siguientes pasos: lo primero quítale la etiqueta. Tiene que saber, pero muy bien sabido, que da lo mismo que sea de esparto, de pelo de morsa o de plástico, que lo importante es algo mucho más primitivo. Pronto se dará cuenta de que el tiempo puede modificarlas, que unas cualidades se pierden, como el volar, que otras se ganan, como el convencer a la pelusa de que se vaya con ellas; la segunda etapa es el entrenamiento. Tienes que tirarla al aire y hacerla sentir su ligereza. Comprobarás, si todo va bien, que cada vez tarda más tiempo en volver a tus manos, que cada vez su resistencia a la ley de la gravedad es más fuerte; una vez ocurra esto, pasa a la tercera etapa. Espera una noche de luna llena. Ponte la escoba entre las piernas, apunta hacia las estrellas y pronuncia las siguientes palabras: "Escoba vibradora desde el suelo remonta el vuelo, ahora, desde la alcoba". Buen viaje. No tengas vértigo y conduce con cuidado. (232 palabras).

LA CARTA, por LUIS MATEO DÍEZ (España)

Todas las mañanas llego a la oficina, me siento, enciendo la lámpara, abro el portafolios y, antes de comenzar la tarea diaria, escribo una línea en la larga carta donde, desde hace catorce años, explico minuciosamente las razones de mi suicidio. (41 palabras)

En este enlace puede leerse una entrevista con uno de los mejores cultivadores del género, José María Merino, del que se publican algunos microrrelatos. Además distintos especialistas definen el género.




En este catálogo puedes ver alguna de las obras fundamentales del género de la microficción:

http://www.thuleediciones.com/catalogo/0/


En este enlace se encuentran muchos microrrelatos ordenados por extensión:

3 comentarios:

  1. Buenísimo el del último hombre. Pone la carne de gallina.

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  2. A mí me gusta más el de la cucaracha soñadora, pero para entenderlo hay que saber algo de La metamorfosis de Kafka.

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  3. Los dos micros de Ana maría Shua son muy buenos.

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